No es la primera vez que exponemos la obra
pictórica de Florentino García Llorente en estas escuelas, sede de la
Asociación Cultural La Bellota y de la que el propio Florentino es socio. Lo
hicimos en una Antológica en el año 2002 en la que con cerca de un centenar de
obras hicimos un repaso por todas las épocas por la que ha transitado la obra
pictórica del autor. Un conjunto de pinturas al que un crítico denominó, en su
evolución, el ocaso trascendido. En aquella ocasión se expusieron obras de
aprendizaje del oficio, paisajes realistas, pinturas abstractas cuyo color
predominante eran los ocres y rojizos de las tierras sorianas, acuarelas de las
riberas del Duero, san Saturio, santa María de la Cabeza o La Alameda, lienzos
cercanos al impresionismo como los paisajes de El Burgo de Osma, telas llenas
de materia como los impresionantes paisajes de Villarijo… todo lleno de color,
con una paleta de gran variedad cromática.
Decíamos en el catálogo de aquella
exposición precedente que “la pintura de Florentino García Llorente tiene a
nuestro modo de ver dos grandes hallazgos: el primero de ellos es la técnica
depurada que muestra con sus pinceles, sean óleos sobre lienzo, técnicas
mixtas, guaches o acuarelas. Y además el virtuosismo en los modos y referentes,
desde la abstracción con elementos geométricos y difuminados de color hasta el
impresionismo en paisajes como los de Villarijo o puntillistas como algunas
vistas de la catedral de El Burgo de Osma, pasando por pinturas más matéricas
como las ilusiones de tierras, surcos y bancales que se nos muestran en toda su
paleta cromática de rojos y ocres…, la pintura francesa de finales del siglo
XIX y principios del XX parece ha sido determinante y el referente fundamental.
El otro hallazgo es el tratamiento que hace del paisaje, y casi en
exclusividad, del paisaje soriano. Lo que nos lleva a la hipótesis de que pinta
el paisaje, las tierras, el cielo, las casas que conoce bien y que lleva en el
corazón. Pinta por tanto con el corazón”.
En esta ocasión la obra presentada es la
más reciente, de una decena de años acá, aunque hay ejemplos de obra anterior.
Pero la vista está vuelta a sus temáticas y obsesiones cotidianas y de siempre:
los campos de Castilla, los machadianos dorados campos sorianos, los lugares
por los que transitó su vocación y su trabajo diario: Villarijo, Bliecos,
Tejado, Castil de Tierra, El Burgo de Osma, La Alameda…, las faenas en el
campo, en la era… Son obras que mantienen el trazo impresionista y puntillista
pero son sobre todo paisajes, hay mucha menos abstracción, aunque hay
atrevimiento y osadía en el uso de la pintura sin pincel, en la explosión y
mezcla de óleos directamente sobre el lienzo, sin paleta y guiados por un
especial sentido del cromatismo. Y llama la atención este uso en grandes
lienzos, en esos nuevos paisajes de Villarijo o del río Linares. Las acuarelas
le permiten una mayor libertad y amplía el registro temático de los paisajes de
los pueblos citados con escenas en los que incluye personas realizando
diferentes faenas agrícolas. Completa esta variedad de obras, una pequeña
muestra de su trabajo con ceras, tizas y lápices de colores sobre corcho,
ejemplo de versatilidad y búsqueda de expresión artística con nuevos materiales.
En conjunto lo expuesto supone un
conocimiento más profundo de la obra pictórica de un autor bien arraigado en el
suelo soriano, con amistades profundas en todos los sitios por donde pasó y con
lo que la Asociación Cultural La Bellota se siente muy complacida al presentar
este conjunto de pinturas en su Sala de Exposiciones y en el marco de las
fiestas patronales de La Alameda, al tiempo que agradece muy vivamente a
Florentino su excelente disposición para esta exposición.
Asociación Cultural La Bellota. La Alameda